De aquí también se sale: Hacia un nuevo modelo productivo más competitivo y generador de empleo.
¡De aquí se sale! Esta frase que las películas nos han traído de los centros penitenciarios, que no deja de ser un tópico, guarda una fuerza amarga importante. Los reclusos se la dicen a los que llegan a presidio y que, lógicamente, se deprimen por la entrada en prisión por un largo periodo de tiempo de la vida de una persona. Pero esa frase es también la esperanza de salir de ese castigo.
Últimamente es casi común ver a los empresarios, grandes y pequeños, por diferentes ciudades de España, desesperados, con un horizonte tirando a negro, y con la moral por los suelos. Es cierto que algunos no lo han notado, pero no menos cierto que la gran mayoría se encuentra en una situación nada fácil por no decir casi insalvable. Y todos se dicen unos a otros, después de comentar la situación, tranquilo de esta se sale.
Pero lo cierto es que de esta se sale si se hace algo o se volverá al mismo sitio. No basta con repetir lo mismo que en la crisis del 2008 a 2014. Ni la del 92, ni la del 78, etc. Es preciso asumir que necesitamos reformas estructurales profundas. Es preciso hablar con verdadera claridad a los ciudadanos y olvidarse por una vez de los votos y de la estrategia cortoplacista. Ya toca.

La situación de España es verdaderamente complicada y no valen los paños calientes. De hecho, nunca como ahora debemos agradecer estar en la Unión Europea ya que, de no estarlo, probablemente, estaríamos quebrados y en una situación límite, y eso la ciudadanía no lo percibe y, sobre todo, debe hacer reflexionar a los políticos sobre su labor y capacidad pedagógica en relación a Europa y lo que representa, especialmente entre los que se oponen a la UE y sus estructuras, y también sus valores.
El diagnóstico es malo; Tenemos una deuda pública que llevará años equilibrar, tenemos un déficit excesivo y que en la última década no hemos logrado contener, un problema evidente con las pensiones que requiere reformas claras y hablar a los ciudadanos como adultos y sin pensar en los votos. Un problema territorial que distrae y dificulta centrar el objetivo en lo importante. Una clara falta de competencia en algunos sectores – casi monopolísticos -. Y un modelo productivo excesivamente dependiente del turismo y que, en la última década, desde la anterior crisis, no hemos logrado reorientar. Nuestro sistema fiscal hace aguas y no compite con países de nuestro entorno. En fin, la labor es titánica.
Pero estamos en la situación que nos ha tocado vivir y también con las ventajas que tengamos. Volviendo por ello a la UE, en relación con lo ya dicho, España va a ser el país mas beneficiado del plan de inversiones diseñado por la UE y eso, nuevamente, no puede y no debe ser una opción fallida, como lo fueron los planes de formación profesional de hace décadas y las ingentes cantidades de recursos malogrados en diferentes inversiones en nuestro país. Bien está que los recursos se canalicen en mas de la mitad vía CC.AA y Ayuntamientos pero siempre que no volvamos a nuestro mal endémico del clientelismo. Ni partidista ni de organizaciones establecidas. El dinero debe ir a los empresarios que lo inviertan y lo muevan para lograr los objetivos marcados. No para solucionar problemas de desempleo de forma coyuntural.

Tenemos que lograr que esas inversiones, que suponen el 11% de nuestro PIB, sirvan para transformar el modelo productivo y hacerlo mas competitivo. Tenemos que pasar de ser lideres en desempleo juvenil y femenino a estar en la normalidad. Reducir ya y claramente la brecha norte-sur o, al menos, iniciar ese camino que nos acompaña hace cuatro decadas.
España presenta claras ventajas en renovables, puede y debe ser un puente de la UE hacia Iberoamérica, haciendo de España un núcleo de comercio con esa región a la que estamos tan vinculados. También presenta dificultades y ventajas al ser la frontera sur. Nuestra proximidad a África debe se explotada y potenciada pensando en el medio y largo plazo. Y ayudando a superar los problemas fronterizos y la inmigración ilegal que unos y otros azuzan para debilitar a nuestro país y a la propia UE.
También presentamos un verdadero problema en la educación en todos los niveles, desde el básico, estando a la cola en los informes de calidad, a la educación universitaria, con ninguna universidad en el ranking de las primeras 200 del mundo. Es necesario abordar una autentica estrategia nacional, como se hizo en el 78, para dar un nuevo salto adelante y reforzar lo mucho y bueno que tenemos. Pero eso exige dar los primeros pasos aunque duelan:
- Reducir deuda
- Reducir déficit
- Potenciar la calidad de la educación haciéndola más exigente
- Desarrollar la estrategia nacional de emprendimiento desde los propios centros educativos
Y muchas cosas más, pero todas ellas exigen que los políticos, desde ya, prioricen al país y sus ciudadanos sobre las próximas elecciones o sus batallas que, por cierto, serán una anécdota en muy poco tiempo y nadie las recordará. Las grandes reformas permanecen, y aguantan la necedad de los siguientes servidores públicos de ese mismo nivel, sus batallitas resisten las portadas de unos pocos días, pero sus males persisten por largo tiempo. Como decía Yourcenar en Memorias de Adriano; un mal político destruye en poco tiempo lo que se han tardado años, y décadas, en construir.
De aquí se sale, pero algo debe cambiar también. Todos podemos ayudar con nuestra pequeña aportación. El gobierno ha cumplido logrando los fondos – sea más o menos éxito propio, da igual -, también ha diseñado una estrategia nacional de emprendimiento, gestionará el 40% y descentralizará el resto en la aplicación y gestión de fondos. Ahora nos toca a todos los demás. Ojalá no sea una ocasión fallida.