¿Cómo podemos reinventar el Tercer Sector del campo sociolaboral?

¿Cómo podemos reinventar el Tercer Sector del campo sociolaboral?

7th mayo 2020 Opinión FNXE 0

Las múltiples entidades sociales que trabajan en los diferentes campos de la acción social, sea con el colectivo que sea, salvo la tercera edad, se encuentran con un elemento trascendental que es la necesidad de incorporar en sus itinerarios la inserción laboral como parte del plan a aplicar con el usuario. De lo contrario el proceso no se completa y el éxito de la actuación se reduce de forma determinante.

Así, las entidades sociales acaban gestionando área dedicadas a la inserción laboral, aunque su campo de actuación sea completamente alejado, inicialmente, del empleo y la inserción laboral. Es el caso de Caritas que surgió para cubrir las necesidades de atención básica y pronto creo sus departamentos de empleo y empresas de inserción. Es el caso de Cruz Roja que de la ayuda humanitaria y sanitaria paso a atender a usuarios con necesidades básicas en sociedades avanzadas y ahora ha creado su plan de empleo para esos usuarios.

Las entidades sociales que trabajan en el área sociolaboral tienen la particularidad de que para ser realmente eficaces deben estar ligadas al ámbito local, con una potente relación con el universo empresarial de esa zona de actuación, con una clara delimitación de los campos del área sociolaboral en que desea trabajar, sea la información a usuarios, sea la formación para el empleo, sea la gestión de la colocación o intermediación laboral, o el autoempleo. Aun así, para ser eficaces son precisos recursos de apoyo o convenios de colaboración o trabajo en red con entidades que puedan complementar la respuesta en los itinerarios o planes de empleo, como viviendas de apoyo, empresas de inserción o empresas colaboradoras, atención socioeducativa, etc.  Un caso de éxito en este sentido sería, por ejemplo, Fundación Tomillo, que ha ido creciendo de una actividad en una zona muy concreta de una gran ciudad  – ámbito local – a una atención integral, con diferentes áreas, y ganando tamaño y capacidad de gestión de recursos para fortalecer la entidad. Es verdad que los orígenes de cada entidad, los recursos humanos, las relaciones institucionales y empresariales, los recursos disponibles, la capacidad de optar a recursos públicos, etc, condicionan el propio desarrollo posterior. Pero es, en todo caso, un modelo. Como de hecho lo son otras muchas entidades a las que podemos aplicar técnicas de Benchmarking para desarrollar cada una de las entidades sociales.

 

Esbozamos aquí algunas cuestiones que pueden ayudar a reinventar el tercer sector del área sociolaboral y que ahora que van a ser más necesarios que nunca, cumplan mejor con su cometido y se fortalezcan para el futuro.

1.- Las entidades sociales de este campo deben trabajar en red y coordinarse. Desgraciadamente no existen redes que quieran trabajar como tal en este campo. Las supuestamente existentes han renunciado a cumplir su cometido y son estructuras de captación de recursos para su propio sostenimiento. Una excepción seria la EAPN, si bien no está absolutamente especializada en este campo ya que es más un modelo de participación que de inserción soiciolaboral. Aunque muchas de sus entidades socio si lo están, muchas otras no y eso, si bien amplia el abanico de intereses no centra la totalidad de los intereses en el área sociolaboral. Es mas necesaria que nunca una red de entidades sociolaborales volcada en el desarrollo metodológico, en compartir recursos, en coordinarlos con administraciones locales, en generar elementos de gestión de la información común como base de datos de personas en busca de empleo o formación.

 

2.- Las entidades sociolaborales deben trabajar en el ámbito local. No importa su tamaño y el numero de sedes. Deben trabajar a nivel local en lo relacionado con empresas, usuarios, formación, emprendimiento.

 

3.- Las entidades sociales que trabajan en el ámbito sociolaboral, si desean ser integrales en su trabajo, deben emprender para autofinanciarse, para conocer de primer mano lo que supone contratar, despedir, vender, comprar, etc. Obviamente, pueden especializarse y cubrir uno de los campos posibles, pero si se llaman integrales deben crear sus propias iniciativas empresariales. Al hacerlo, su impacto y capacidad de transformación real aumentan y hace su trabajo más creíble y real.

 

4.- Es obligado e imprescindible un trabajo de relaciones con empresas en el ámbito local de actuación en el que se trabaja. No es creíble ni eficaz un trabajo de promoción de empleo sin una fuerte relación con las empresas. Además ese trabajo de relaciones puede también dar sus frutos en lo relacionado con patrocinio y mecenazgo.

 

5.- La diplomacia corporativa en entidades sociales multiplica su importancia respecto a otros proyectos empresariales o de gestión de lo público. Es imprescindible el trabajo con medios de comunicación, con responsables públicos, cámaras de comercio, asociaciones de empresarios, otras organizaciones sociales y socios.

 

6.- Las entidades sociales deben optar en sus planes estratégicos, y según tamaño, por uno de los siguientes modelos; Técnico, basado en el desarrollo metodológico, la investigación, la capacidad de aportar propuestas viables a problemas concretos y que se vea valorado por parte de la sociedad, administraciones, empresas e instituciones. Su impacto y reconocimiento vendrá por la búsqueda de sus diagnósticos y propuestas en lo relacionado con su campo de actuación lo que le permite reconocimiento público y consolidación en el medio y largo plazo. Autónomo, basado en impulsar una absoluta autonomía financiera que le permita ejecutar sus acciones sin condicionantes externos, más allá del cumplimiento de obligaciones formales. Su impacto vendrá dado por la calidad de sus acciones, pero si logran repercusión o valoración seguirán realizándose lo que le permite un desarrollo sostenido que a la larga genera reconocimiento y llena huecos que asientan la organización y le permite crecer. Masivo, basado en su capacidad de asociar, concentrar personas en sus reivindicaciones y por ende presionar. Su capacidad de presionar y condicionar le permite la busca de espacios de acción, corresponsabilidad, financiación y actuación.

Los modelos, obviamente, son puros y admiten combinaciones pero debe traducirse en los planes estratégicos de las entidades sociales y es un buen momento para redefinir el camino que las organizaciones quieren transitar en los próximos, y difíciles, años.

 

7.- El trabajo de promoción de empleo es técnico, aunque incluya reivindicación o denuncia, de lo contrario no estaríamos centrados en la promoción de empleo. Por ese motivo, toda entidad que trabaje en este campo debe desarrollar una metodología propia y adaptada o asimilar alguna ya elaborada y testada, siempre, obviamente, compatible con su forma de trabajar. De lo contrario el trabajo será menos eficaz y eficiente y su impacto más limitado.

 

8.- Tres indicadores clave en la promoción de empleo e inserción laboral; eficacia, eficiencia e impacto.

 

Las crisis son muy sufridas y generan tensiones y dificultades, pero, por desgracia, suele ser el momento donde realizamos mas cambios. Esperamos que estás ideas sirvan a las entidades sociales del ámbito sociolaboral.

 

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